BACO
En toda época hubo alguien que, mirando su ciudad, había imaginado el modo de convertirla en la ciudad de sus sueños. La misma ciudad, dependiendo quien la observe se presenta diferente. Baco, es una de esas ciudades llena de secretos, reglas absurdas y perspectivas engañosas.
Mujeres de naciones diversas tuvieron un sueño igual, después del sueño se unieron y crearon esta ciudad donde ningún deseo se pierde y del que tú formas parte. Baco, ciudad engañadora: crees percibir su forma pero esta de tu deseo toma forma. Sabes que es una ciudad pero la piensas haciéndola tuya.
Una ciudad, de palacios de espesos muros encalados, de patios embaldosados, con estanques y jardines, en los cuales yacen hombres de piel dorada.
Las calles de la ciudad, que giran sobre sí mismas como un ovillo, te guían a la plaza central, en la que dichos hombres te ofrecen sus mejores mercancías a buen precio: ágata, ónix, cristopacio y otras variedades de calcedonia.
Para acceder a Baco, debes atravesar el desierto dejando a un lado el oasis de agua dulce y la sombra de sus palmeras, caminar bajo el sol y las estrellas para volver a caminar bajo un nuevo sol y así llegar a divisar las elevadas murallas que la rodean, franquear el foso y acceder a las trescientas casas y setecientas chimeneas que componen la ciudad.
Baco, no siempre es lo que creías ver, sino las formas que la ciudad hubiera podido adoptar porque todas son solo supuestas.